A
nadie le gusta discutir y menos cuando se trata de discutir con su media
naranja. Aunque no lo crean es un mal necesario,tanto
para la relación en pareja como para la propia salud. Expresar las ideas y emocione es más que saludable. Cuando nos tragamos todos esos sentimientos de ira y frustración
y evitamos enfrentar el conflicto, disque por el bien de la relación, lo único que
estamos haciendo es embotellando sentimientos negativos que tarde o temprano saldrán
a relucir en el peor momento y de la peor manera. No es justo arrastrar el estrés
y las frustraciones entre pareja porque podría afectar seriamente no solo la
salud si no que podría deteriorar la relación misma como lo dije anteriormente.
Lo
importante aquí es saber discutir sanamente. Para esto hay un par de
sugerencias que podrían ayudar a mejorar la forma en que se tienen desacuerdos
en la pareja.
Por ejemplo, si algo te molesta, habla claro, expón tus ideas y sentimientos de manera clara y concisa. Se sabe que aunque a nosotras la mujeres nos gustan los detalles en como decimos las cosas, a los hombres no le gustan los rodeos ni los adornos a la hora de hablar. Comienza hablando por tus faltas y no la del otro, de esta forma tu pareja no se sentirá atacada. Al cambiar uno mismo o notar nuestros propios errores, damos paso a que la pareja desee por si misma modificar su conducta y aceptar sus errores, sin sentir que los queremos cambiar o que los estamos obligando. Es importante que sepamos que nadie cambia a nadie. Uno mismo tiene que tomar la decisión de modificar conductas que no le están dando buenos resultados y no esperar el cambio del otro, si no hacerlo por el bien de uno mismo.
Por ejemplo, si algo te molesta, habla claro, expón tus ideas y sentimientos de manera clara y concisa. Se sabe que aunque a nosotras la mujeres nos gustan los detalles en como decimos las cosas, a los hombres no le gustan los rodeos ni los adornos a la hora de hablar. Comienza hablando por tus faltas y no la del otro, de esta forma tu pareja no se sentirá atacada. Al cambiar uno mismo o notar nuestros propios errores, damos paso a que la pareja desee por si misma modificar su conducta y aceptar sus errores, sin sentir que los queremos cambiar o que los estamos obligando. Es importante que sepamos que nadie cambia a nadie. Uno mismo tiene que tomar la decisión de modificar conductas que no le están dando buenos resultados y no esperar el cambio del otro, si no hacerlo por el bien de uno mismo.
Antes
de hablar, ponte en el lugar del otro, y determina como te gustaría que te
hablaran a ti. Como entenderías mejor el otro punto de vista y quizás tomes una
mejor decisión de cómo comunicar tus ideas. La forma de decir las cosas lo
cambia todo, puedes decir lo mismo de mil formas diferentes y con resultados igualmente
diferentes. El tono de voz, tu movimiento corporal y la forma de argumentar tienen TODO que ver,
para que el conflicto se resuelva positivamente. No entres con la idea de decir
quien está mal o bien o de quien ganara la pelea, o quien metió más la pata, porque
desde entrada estarás vencido. En el momento del disgusto o desacuerdo, lo más
importante es la solución y el poder sobrepasar eso como pareja. Si las cosas
no se arreglan, ambos estarán perdiendo. Hay que luchar por el bien común, halar y ceder.
Si
se mantiene la calma, se llegara más lejos que si se gritan los trapitos sucios.
Si ocurrió algo que realmente te molesto y sientes ira, no trates de resolver
las cosas en ese momento porque la ira estará hablando por ti. Tomate unos minuticos y aclara tu mente para
que puedas luego expresar lo que sientes y no hacer recriminaciones o
comentarios que puedas luego lamentar. Si ya se ha cometido el error de la explosión y
la pelea, pues vamos a asegurarnos de no dejar que nuestro orgullo pueda más
que las ganas de estar bien con el otro. Si hay que pedir perdón, no le tengas
miedo, pide perdón, el aceptar tus errores te hace más humano y si lo dices de corazón,
puede acercarte más al otro. Otra forma saludable de argumentar es hablar sin
decirse groserías, una vez esa puerta se abre, ya no habrá marcha atrás. De qué
sirve las palabras despectivas e insultos maliciosos? De nada, más que de
heridas muy difíciles de sanar. El evitar las acciones agresivas, las ofensas
personales y las actitudes irónicas o sarcásticas es el favor más grande que te
puedes hacer, porque estas son cosas que se gravan como tatuajes y son después muy
difíciles de borrar.
En
fin mis amigas estas son solo algunas de las sugerencias, no digo que sea fácil
pero si creo que vale la pena tratar lo mejor posible para mantener una relación
sincera, saludable y feliz.
Espero que haya sido un buen recordatorio para lo que realmente ya bebemos saber. jejeje. Un post a un pedido que me hicieron.
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